Sin olvidar que la capacidad de masticar y tragar la comida es esencial para obtener los nutrientes necesarios en nuestra alimentación. Una mala salud dental puede afectar de manera negativa a la capacidad de comunicación. Y el mal aliento, la inflamación de las encías, falta de dientes o mala alineación, las manchas por caries o sarro, repercuten también en la autoestima y en la seguridad del individuo para hablar y/o sonreír.
Cuidar nuestra salud bucodental requiere una adecuada higiene oral, incluyendo la limpieza de todas las estructuras duras (dientes) y blandas (lengua, encías, paladar y mejillas). Para conseguir unos dientes sin caries es necesario cepillarlos desde pequeños con una pasta con flúor dos veces al día. Y si es necesario, limpiar los espacios entre los dientes con hilo dental. Los elixires bucales fluorados y los chicles sin azúcar también pueden ser útiles después de las comidas y bebidas ácidas ya que fomentan la remineralización, ayudan a aumentar el flujo de saliva y limpian la boca de restos.
Una limpieza diaria que ha de completarse con una revisión y una limpieza anual por parte de un especialista, necesaria para remover el sarro, que puede acumularse en áreas difíciles de alcanzar en el cepillado. En la limpieza profesional se utilizan varios instrumentos para el raspado y el pulido de los dientes, los cuales sirven para aflojar y remover los depósitos formados en los dientes. (Fuente: salud.odeal.es)[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]