La caries dental es una enfermedad de alta prevalencia, que afecta a millones de personas en todo el mundo. Durante mucho tiempo, el flúor se ha utilizado para prevenir la caries, a través de diferentes métodos como la crema dental, agua, leche, enjuagues bucales y gel dental. Se recomienda el cepillado regular de los dientes para prevenir la caries y otras enfermedades bucodentales, y por lo general, se indica el cepillado de los dientes tres veces al día, durante aproximadamente cuatro minutos, con una crema dental fluorada.
Hoy en día, la mayoría de las pastas comerciales cumplen con las concentraciones correctas de flúor, por lo que nosotros, como padres, debemos velar que la dosificación sea la recomendada o la adecuada. Una pequeña dosis de pasta es más que suficiente para limpiar sus pequeñas piezas dentales.
La exposición a altas concentraciones de fluoruro durante la formación de los dientes permanentes, puede causar fluorosis dental leve. Son pequeñas rayas o manchas blancas en el esmalte del diente. Esto no afecta la salud del mismo, pero la decoloración puede ser notable. Amamantar a los bebés o preparar la leche de fórmula con agua sin flúor puede ayudar a proteger a los niños pequeños de la fluorosis.
El uso de un enjuague bucal que contenga fluoruro debe ser autorizado por su odontopediatra, si su hijo/a es menor de 6 años. De igual manera, este/a debe ser supervisado cuando se cepilla los dientes, para asegurarse de que no se trague la pasta dental. La Tía Sabrina recomienda siempre a los padres cepillarse los dientes al mismo tiempo que sus hijos lo hacen, esto no sólo ayudará a controlar que se estos se cepillen correctamente, si no que también hace la actividad mucho más divertida para ellos.
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